Nuestra Señora de los Remedios

La imagen de la Virgen de los Remedios de Cabra es muy venerada en la localidad y su origen es desconocido, pudiendo arrancar en la baja Edad Media, es a partir del primer tercio del siglo XVI cuando esta devoción es guiada por la Archicofradía de la Vera Cruz, fundada en 1522 con un fuerte espíritu penitencial y dentro de la cual la Virgen de los Remedios siempre fue y es su titular más preciada.
  Hay constancia de que la primitiva imagen de la Virgen fue sustituida a lo largo del siglo XVII por otra nueva. Fue traída en los mismos años en que se renovaron varias imágenes en la localidad como la Virgen de la Soledad o Jesús Preso. Aquella segunda imagen fue profundamente restaurada en la ciudad de Granada durante el reinado de Carlos III y es la que ha llegado hasta nuestros días.
  La Virgen de los Remedios de Cabra posee una característica muy especial, es que siendo una imagen de gloria, con un niño Jesús entre sus brazos, es procesionada en Semana Santa sin el niño y vestida de luto o Dolorosa al pie de la cruz vacía, pendiendo de esta un sudario. Para la procesión de Semana Santa tiene un rico ajuar donde sin duda destaca el riquísimo manto de procesión, joya del bordado barroco que fue realizado a partir de 1797 por el taller del Monasterio de Nuestra Señora de las Angustias de Cabra, de la Orden de Agustinas Recoletas. Dicho Manto lo estrenó la Virgen el Jueves Santo de 1800. Anterior a esta pieza es la peana sobre la cual descansa la imagen, tallada con anterioridad a 1729 por el escultor local José Jiménez de Valenzuela. Importantísima también es su cruz pectoral, cruz que aunque donada por Don Cristóbal de Luque y Hariza a su muerte en 1807 la piedad popular y la leyenda incluso llegó a atribuir a los antiguos obispos e Egabro. en su cortejo procesional además se complementa con alguna de sus dos coronas de salida, una de 1966 y la otra de 1997 y otras joyas y rosarios fruto de las donaciones de sus muchos devotos. Tradicionalmente la Archicofradía de la Vera Cruz organizaba la procesión del Jueves Santo, que era cerrada y presidida por la imagen de la Virgen esta procesión estaba formada por multitud de ramos o hermandades que daban veneración a otras tantas imágenes dentro las Reglas de la matriz con aprobación eclesiástica y sus propios estatutos particulares, aprobados por acuerdo de los hermanos elevado a escritura pública.
 Se dice que en otro tiempo la piedad popular tuvo a la Santísima Virgen de los Remedios como Copatrona de la ciudad, pero de ello lo único que ha llegado a nuestros días ha sido la tradición oral de los más mayores, no habiendo hasta el momento escritos que lo avalen, si es cierto que la Virgen contaba con un cariño muy especial por parte de los habitantes de la antigua villa de Cabra, siendo muchas personas las que dejaban legados testamentarios a favor de la Virgen de los Remedios, llegando a contar la Archicofradía a inicios del siglo XIX con gran cantidad de casas, fincas rústicas y huertas… todo ello claro está se perdió con las llamadas desamortizaciones, que se dieron en España a partir de 1835.
  La pérdida del patrimonio se produjo una lenta pero paulatina decadencia que tocó fondo en 1964 fecha en la que no habiendo hermano que quisiera o pudiera hacerse cargo de la Archicofradía esta fue cedida o integrada en el Centro de Formación Profesional Felipe Solís, colegio que se hizo cargo del mantenimiento del culto y devoción a la Virgen y de su Procesión anual en Semana Santa. Poco a poco con el trabajo y el cariño del personal de este centro la Antigua Archicofrdía fue remontando aquella profunda crisis, y volviendo a contar con el cariño de los vecinos, especialmente los del barrio donde se ubica su santuario, el barrio del Cerro. La Virgen de los Remedios de Cabra se veneró siempre en la ermita de San Juan Bautista, pasando esta a denominarse a raíz de las obras de reconstrucción que llevó a cabo la Archicofradía en la primera mitad del siglo XVIII Santuario de María Santísima de los Remedios y San Juan Bautista, en ella ocupa el esplendido camarín del altar mayor, verdadera joya del barroco egabrense.
  A lo largo de la historia varios pontífices otorgaron bulas con privilegios para los hermanos de esta Archicofradía, los más conocidos son el vivae oráculo vocis de Paulo III en 1536 o la Bula de Inocencio XIII en 1696, también Clemente XIV otorgó gracias para los hermanos vivos y difuntos y el Beato Fray Diego José de Cádiz otorgó indulgencias a todos los fieles que orasen ante la imagen del Cristo de la Sangre y demás imágenes. En la actualidad la Archicofradía a parte de a la Virgen de los Remedios da culto al Santísimo Cristo de la Sangre, Jesús de las Penas, a la Santa Cruz y a San Juan Bautista, con cultos especiales para cada imagen a lo largo del año, pero sin duda la más venerada y la que más actos de culto recibe es la Virgen. Aunque fue una práctica paralela al origen mismo de la Archicofradía, con sus naturales altibajos producidos por el paso del tiempo desde 1995 de forma ininterrumpida se celebra todos los jueves del Año el Santo Rosario, acto destacable puesto que es el único día de la semana que su iglesia-se abre al culto, aparte hay otros cultos como el dos de febrero, la festividad de la Candelaria, los cultos cuaresmales, el Jueves Santo o el primer fin de semana de mayo que tienen lugar la celebración de la fiesta de la Santa Cruz y la procesión gloriosa de la Virgen también a lo largo de todo el mes tienen lugar el Santo rosario y mes de María, y el último fin de semana la exaltación a la Virgen y la ofrenda de flores y el besamanos.